Aquí vamos, tengo que preparar el currículo. Es mi carta de presentación. Tiene que ser breve, pero quiero que sepan todo lo que he hecho. ¡Espera! Lo mismo sólo tengo para rellenar un par de líneas. ¿Qué hago?

En primer lugar, sí, la leyenda es cierta. Si de verdad quieres aprovechar todas las posibilidades, para cada puesto debes mandar un CV personalizado. Por lo tanto, aunque tengas uno ya escrito, disponte a quitar y poner cosas. Busca la empresa que ofrece la vacante e investiga un poco, quizás encuentres alguna pista o simplemente el color de la web haga que puedas cambiar el de tu CV, ¿quizás la línea que rodea tus datos personales? Los detalles importan.

Partiendo de esto, unos apartados básicos que deben aparecer:

  • Datos. Aquí debemos incluir nuestro nombre y apellidos, dirección (no completamente detallada), nuestro DNI o NIE, lugar y fecha de nacimiento, perfil profesional o web (como LinkedIn) y datos de contacto (teléfono y correo electrónico).
  • Formación. Debemos indicar el título de la formación, la fecha de inicio y de finalización, el centro de estudios y la ciudad/país.

– Académica/Reglada (aunque a veces este título de “académica” o “reglada” no aparezca, sí debe estar separada de la “complementaria” que sí será recogida bajo ese epígrafe): hace referencia a estudios “oficiales”: estudios universitarios, másters, etc.

– Complementaria: cursos, seminarios, congresos, etc. Además, en este caso también tenemos que incluir la duración (horas o créditos). En este apartado sólo debemos indicar la relacionada con ese puesto, no todos los que hayamos cursado.

  • Experiencia.

– Laboral: toda aquella en la que hubiese un contrato laboral, fuese del tipo que fuese, y se haya cotizado. Señalaremos el puesto, la empresa, el periodo y las funciones llevadas a cabo.

– Extralaboral: voluntariados, prácticas no remuneradas, colaboraciones, publicaciones, etc. Indicaremos los mismos datos que en la experiencia laboral, pero sólo incluiremos la relacionada con el puesto al que postulamos.

  • Otros datos de interés. Este apartado dependerá del puesto y la empresa a la que postulemos, pero también del ámbito profesional en el que nos movamos (por ejemplo, si es para un puesto de informático, ese apartado no debería estar dentro de este epígrafe, sino constituir uno por sí solo; igual ocurre si es para un puesto en el que se requieran o valoren mucho los idiomas). De manera general debemos incluir:

– Idiomas: lengua materna y el nivel hablado, escrito y leído de las demás que manejemos. Debemos tener cuidado con ajustar el nivel indicado a nuestro nivel real, porque cada vez con mayor frecuencia se hace parte de la entrevista en otro idioma. Por esta razón, quizás los títulos oficiales, en ocasiones, ya no son requeridos; aunque igualmente son bastante valorados, sobre todo si son recientes. Si hace algunos años que obtuviste el título oficial, valora indicarlo o no ya que si actualmente no tienes ese nivel te puede perjudicar.

– Nivel informático: paquete office, búsqueda de datos, manejo de bases de datos, etc. Hay que tener precaución y valorar si vale la pena caer en el tópico de “nivel usuario”.

– Disponibilidad de incorporación (inmediata, dos semanas, un mes, etc.), horaria (total, parcial mañana, fines de semana, etc.), para viajar y/o de cambio de residencia. Este apartado se puede omitir, si nuestro objetivo es acceder a la entrevista y una vez obtengamos más información valorar si nos interesa el puesto o no (por ejemplo, si nos sale rentable dejar nuestro actual puesto por este nuevo o si están muy interesados en nosotros que nos ofrezcan media jornada).

– Carnet de conducir, vehículo propio y otros datos necesarios.

Estos apartados los podemos organizar de varios modos, los principales son:

  • Cronológico.  Es el formato más tradicional, enumeramos nuestra formación y experiencia desde lo más antiguo hasta lo más reciente. Nos ayuda a destacar la estabilidad laboral y a evolución profesional que hemos seguido.
  • Cronológico inverso. Al contrario que el anterior, situamos las experiencias más recientes al principio y las más antiguas al final. Este tipo de CV va ganando cada vez más peso, ya que nuestros estudios y experiencias recientes son las que más interesan a nuestros posibles empleadores.
  • Funcional. Consiste en agrupar, sobre todo nuestra experiencia, por temas; por ejemplo, experiencia en hostelería y experiencia en educación. Además, dentro de cada agrupación, podemos seguir tanto el orden cronológico como el inverso. De esta forma es más sencillo omitir errores y pequeños periodos de tiempo en los que hayamos podido estar desempleados.
  • Europass.  Este modelo surgió con el objetivo que los CVs pudieran abrirse paso en países extranjeros; sin embargo, el formato no llegó a establecerse por completo. Divide a los profesionales en dos equipos, aquellos que lo defienden porque establece unos mínimos y permite comparar los currículums; y aquellos que están en contra porque despersonaliza a los candidatos, hace que sea complicado que te recuerden (pues todos los formatos son iguales y lo que ha leído la persona a cargo se mezcla en su cabeza), carecen de historia y firma personal, y en muchas ocasiones parece que se entrega ese formato porque ya te lo han exigido en un puesto anterior (por lo que se presume que no lo has adaptado para ellos, que no les das importancia).

Ahora, lo que va a provocar que los CVs sean diferentes de una vacante para otra son las siguientes características que debemos tener en cuenta:

  • Objetivo: conseguir una entrevista. Fin.
  • Longitud. Lo ideal es una cara de papel. No hagas trampas, estamos hablando de una hoja, con márgenes normales, letra similar a la Calibri nº 12 y un interlineado normal, de 1,15 está bien. El primer vistazo de nuestro CV que determinará si nos descartan o no durará entre 10 y 20 segundos. Esto no quiere decir que en la siguiente fase lo lean más detenidamente y descarten otros muchos; pero, a priori, debemos imaginarnos que la persona a cargo de la selección o bien tiene otras funciones y no va a destinar toda su jornada a revisar currículums o bien sólo tiene esa función por lo que la cantidad de candidatos debe ser muy grande para que hayan destinado a un trabajador sólo para tal cometido. Habrá puestos donde la formación complementaria y la experiencia extralaboral no les importe mucho.
  • “Currículum Vitae”. Es lo que te están pidiendo, no hace falta que lo indiques, así que evita ponerle un título.
  • ¿Foto o no foto? Nuestra recomendación es que sí, al fin y al cabo, queremos conseguir una entrevista y no iremos con un saco de patatas en la cabeza, ¿no? Pon una foto formal tamaño carnet en la que no salgas demasiado serio. Una camisa de color azul puede ayudarte.

Recordad que sólo debemos conseguir la entrevista, luego ya conseguiremos el puesto con nuestro encanto… ¡pronto tendréis el post con los consejos para enfrentaros a cualquier entrevista!

Si queréis más información, ayuda o que os ayudemos con vuestro CV ¡contactadnos!

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